Este pasado fin de semana se ha celebrado la séptima edición de la Japan Weekend en Barcelona, colocándose poco a poco al nivel del Salón del Manga de hace unos años cuando se celebraba en el mismo lugar, en el recinto ferial de La Farga de Hospitalet. Sin embargo, a diferencia de este último donde priva la exigencia comercial y el merchandising es omnipresente, la Japan Weekend ofrece, en equivalencia, un mayor número de actividades no comerciales (o no tan comerciales), con lo que videojuegos, concursos, talleres y conferencias convierten a la Japan en un evento de referencia dedicado al ocio cultural en la provincia de Barcelona.

Este año se han corregido errores de anteriores ediciones, se ha ocupado el espacio de La Farga por completo y la sensación de colapso y poco espacio se ha disipado con una distribución más que adecuada de los stands y zonas de talleres o juegos. A falta de cifras oficiales, la percepción obtenida tras la visita es que se mantiene el ritmo de asistencia de anteriores años, lo que ayudaría a esa mayor sensación de esponjosidad mientras te mueves por el recinto.
Sin embargo, no todo son alabanzas (las críticas, si son correctas, no deberían ofender y si ayudar a mejorar). Acudí a dos de las conferencias del sábado, la presentación de novedades por parte de Manu Guerrero (Selecta Visión) y la censura en el anime por parte de José Luís Puertas (Yowu Entertainment), ambas muy interesantes pero con un pequeño problema: el espacio. En algunos momentos la música o simplemente el sonido generado por la propia gente de alrededor son realmente molestos para seguir la conferencia en condiciones. Sé de buen grado que La Farga dispone de salas en el piso superior, quizás las conferencias, en un entorno cerrado de una sala serían más golosas y aprovechadas.

Japón es anime y manga, pero también es cultura y tradición, así que no es complicado ver entre la multitud que acude ataviada de su personaje de anime favorito a alguna pareja con trajes típicos japoneses paseando por el recinto mientras pasa una agradable mañana de sábado o domingo. Debo confesar una gran envidia hacía ellos, a pesar de ser un enamorado de esta lejana tierra y de sus costumbres mi falta de decisión me impide abarcar más allá de tomar la cámara y acudir a sacar algunas fotos.

Han sido un par de días agradables y, a pesar de lo que algunos opinan a través de las redes sociales, este año (al igual que en anteriores) la organización ha hecho un esfuerzo para que no volvamos a casa con la cartera vacía. Por mi parte, y a diferencia del año pasado, marcho con un grato recuerdo y con ganas de volver en la próxima y octava edición del evento.

¿Queréis ver todas las fotos (pocas, me falló la cámara...)? Seguid el enlace o mirad el vídeo:
Larga y Prospera Vida

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