Hiroshima, capital de la prefectura de Hiroshima, región de Chugoku, siutada al oeste de Japón y fundada en el año 1589 por el señor feudal Mōri Terumoto, ciudad marcada con sangre y fuego en la historia de la humanidad, fue nuestra siguiente parada tras la visita a la ciudad que alberga la sede de Nintendo (ver entrada referente a Kyoto).
Ciudad portuaria con una economía basada principalmente en la industria de transformación, cuenta con un triste recuerdo en la historia de la Segunda Guerra Mundial. No en vano fue escenario del primer bombardeo atómico de la historia. El 6 de agosto de 1945, a las 8.15 horas, será recordado durante generaciones, cuando el bombardero norteamericano B-29, Enola Gay, dejo caer su mortal carga sobre tan bella ciudad. 
La ciudad en si es un gran monumento a la Paz, por todos los sitios donde fuimos encontramos parques, monumentos y ofrendas que refrescan la memoria histórica, para evitar que tragedias similares vuelvan a producirse.
A pesar de todo, no había lugar para lúgubres pensamientos ni quejas, y nuestra paseo por la zona empezó en el Ferry, camino de la isla de Miyajima, de visita al Santuario Itsukushima, construido sobre el agua y con una gran puerta Torii que puede cruzarse a pie al bajar la marea.
Miyajima
Santuario Itsukushima
Interior del Santuario
Puerta Torii
La marea baja...
Camino al santuario...
!También nos encontramos ciervos!
Tras pasar la mañana y comer en Miyajima (creo que al más puro estilo nipón, sentados en el suelo en una mesa baja), bajándonos del Ferry que nos devolvió a tierra, tomamos el tranvia, el "Hiroden", nuestro nuevo punto de visita iba a ser la cúpula Genbaku o Memorial de la Paz, símbolo de la ciudad, y el Parque Memorial de la Paz.

Domo Genbaku
No hay palabras para describir el lugar, es simplemente impresionante. Como aficionado, me encanta el tema de la Segunda Guerra Mundial, y no concebía un viaje a Japón sin pasar por Hiroshima. En esta ciudad y en este parque descubrí la grandeza del ser humano, pero también la crueldad que es capaz de segregar.
Una mezcla de sentimientos té recorre el cuerpo cuando paseas por sus caminos o visitas el museo. Por un lado alegría, estas donde siempre habías querido ir, por otro tristeza por la cruenta sangría que sufrió el pueblo nipón, todo esto unido a la convicción de que los norteamericanos son más una plaga que una salvación. Es difícil de explicar, pero la mezcla de todos estos sentimientos afianzó la idea que tenia del pueblo japonés, capaz de levantarse de cualquier miseria y sufrimiento que sufra.

Creo que lo vimos todo, aunque ya ha pasado algo de tiempo y la memoria flaquea:
  • Estatua de los Niños de la Bomba Atómica, en memoria de Sadako Sasaki y los niños que murieron víctimas de la bomba,
  • Monte Memorial de la Bomba Atómica, con las cenizas de 70 mil víctimas no identificadas,
  • Cenotafio de las Víctimas Coreanas, en homenaje a los cerca de 20 mil coreanos muertos en el bombardeo,
  • Cenotafio Memorial, con la inscripción "Descansad en paz, pues el error jamás se repetirá",
  • Llama de la Paz, que permanecerá iluminando hasta que la amenaza nuclear abandone el planeta Tierra,
  • Campana de la Paz, que los visitantes pueden tocar en honor a la paz mundial,
  • Sala Nacional Memorial de la Paz de Hiroshima,
  • Museo Memorial de la Paz de Hiroshima,
  • Puertas de la Paz, cinco puertas de cinco metros de altura con la palabra "paz" escrita en varios idiomas.
No hace falta comentar cual es el lugar favorito que visité. Sin ninguna duda volvería a Hiroshima con los ojos cerrados, junto con Kyoto son dos en las que no me importaría irme a vivir.
Monumento a Sadako Sasaki y los niños de la bomba
Grullas de la paz
Campana de la paz
Monte memorial
Maqueta de la explosión
Vista del parque
Llama de la paz
En otro parque...

Y ya que la ciudad me gustaba tanto, un último paseo nos deparó algunas imágenes curiosas...
¿Donde compra el Detective Conan los uniformes?
Algunos cazan Pokemon...
Un gato nos atrae a su tienda...
! Este está en todos los sitios !
Los cazafantasmas descansan...
Unas maid moe nos reciben...

El tiempo y el dinero se nos agotaba, nuestro viaje llegaba a su fin en la siguiente parada: Osaka.

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